Este trastorno, que afecta a la capa de cemento que recubre la raíz de los dientes, puede no ser evidente de inmediato y es complejo de detectar, pero puede desencadenar una serie de problemas graves como inflamación, destrucción ósea y, en casos extremos, si no se detecta a tiempo, la pérdida del diente afectado.
Según un trabajo reciente publicado en National Library of Medicine, que analizó 63 casos clínicos, el desgarro del cemento sigue siendo una condición frecuentemente mal diagnosticada debido a su rareza y similitud con otras patologías. De hecho, el trabajo representa uno de los grupos más numerosos que se han investigado hasta la fecha sobre esta afección.
Los investigadores encontraron que la mayoría de los dientes con desgarro del cemento fueron diagnosticados inicialmente como periodontitis periapical, seguidos de fractura radicular o enfermedad periodontal. Un descubrimiento realmente importante fue que, en muchos de estos dientes, la pulpa seguía siendo vital, lo que contrasta con los diagnósticos iniciales y puede ser clave para una identificación más precisa.
Además, se observó que el desgarro ocurre con mayor frecuencia en el tercio apical de la raíz, especialmente en la raíz palatina de molares superiores y en la raíz mesial de molares inferiores. Los principales motivos de pérdida dental en estos casos fueron la pérdida ósea severa y el excesivo movimiento del diente.
Los autores del estudio sugieren firmemente que el desgarro del cemento sea incluido en el diagnóstico diferencial cuando se presentan signos tales como radiolucidez periapical en dientes con pulpa vital. Reconocer esta condición a tiempo puede evitar tratamientos innecesarios (como endodoncias e incluso extracciones) y contribuir a salvar dientes que, de otra forma, se perderían.