El éxito de un implante dental no depende solo de la integración del tornillo en el hueso. La salud del tejido blando que rodea el implante, especialmente la mucosa queratinizada periimplantaria (PIKM), es igual de importante para proteger la zona de bacterias y mantener la estabilidad a largo plazo. Cuando el ancho de esta mucosa es insuficiente, aumentan los riesgos de inflamación, recesión de la encía y pérdida ósea alrededor del implante.
Un nuevo consenso de expertos publicado en International Journal of Oral Science ofrece una guía clara para los odontólogos que realizan cirugías de aumento de la mucosa queratinizada periimplantaria, especialmente durante la segunda etapa quirúrgica. Este documento reúne las principales técnicas disponibles, como el injerto gingival libre, el colgajo reposicionado apicalmente y el uso de matrices de colágeno u otros sustitutos, explicando sus ventajas, limitaciones y factores clave para elegir la mejor opción.
La guía recomienda valorar aspectos como la posición del implante, el ancho y grosor del tejido existente, las necesidades estéticas del paciente y el costo de los materiales antes de decidir la técnica. Además, destaca la importancia de la experiencia del cirujano y de conversar con el paciente para adaptar el tratamiento a sus prioridades, como la recuperación o la apariencia final.
El consenso también señala la necesidad de más estudios clínicos a largo plazo y de nuevos materiales que ofrezcan mayor estabilidad y una integración estética natural. Con protocolos más claros y materiales innovadores, el aumento de PIKM puede mejorar la salud y la apariencia de los implantes dentales, garantizando resultados duraderos y satisfactorios para los pacientes.