Un paso histórico en la regulación del mercurio
La Sexta Conferencia de las Partes (COP6) del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, celebrada en Ginebra a principios de noviembre de 2025, alcanzó un acuerdo de gran relevancia para la comunidad odontológica mundial: la prohibición global de la fabricación, importación y exportación de amalgama dental en 2034.
La medida se enmarca dentro del objetivo general del tratado de proteger la salud humana y el medio ambiente frente a los efectos del mercurio, pero con un enfoque actualizado que reconoce la necesidad de transiciones justas y sostenibles para los sistemas sanitarios.
Enfoque centrado en el paciente y la equidad en salud
A diferencia de propuestas anteriores que abogaban por una eliminación inmediata, la decisión final adoptada en la COP6 incorpora un principio clave defendido por la FDI World Dental Federation: la atención centrada en el paciente.
Esto significa que los países podrán mantener una exención clínica que permite el uso de amalgama “cuando sea necesario según criterio profesional y las necesidades del paciente”.
Este matiz resulta esencial para evitar un impacto negativo en la atención dental de poblaciones vulnerables, especialmente en regiones donde los materiales alternativos aún no son accesibles o económicamente viables.
Según la FDI, este modelo “equilibrado y realista” garantiza que la transición hacia materiales restauradores libres de mercurio se realice sin comprometer la calidad del tratamiento ni aumentar las desigualdades en salud bucodental.
Implicaciones para la práctica odontológica
El acuerdo ofrece a los profesionales de la odontología un horizonte claro de planificación —hasta 2034— para adaptar su práctica a las nuevas normativas y materiales.
Entre las principales implicaciones destacan:
-
Actualización de protocolos clínicos y formativos, integrando materiales alternativos (resinas compuestas, ionómeros de vidrio, cerámicas).
-
Gestión adecuada de residuos de amalgama en las clínicas durante la fase de transición.
-
Adaptación económica y técnica, especialmente en clínicas públicas o en entornos con recursos limitados.
-
Mayor inversión en investigación y formación, para garantizar la durabilidad y coste-efectividad de los nuevos materiales restauradores.
La FDI subraya que la eliminación progresiva del amalgama no debe interpretarse como una restricción inmediata, sino como una oportunidad para mejorar la práctica clínica y promover materiales más seguros y sostenibles.
El papel de la profesión dental en la transición
El liderazgo de la profesión odontológica será decisivo para que la implementación del acuerdo sea exitosa. Las asociaciones dentales nacionales y las instituciones académicas deberán:
-
Promover políticas basadas en evidencia científica.
-
Garantizar la formación continua en nuevas técnicas restauradoras.
-
Defender la autonomía clínica del dentista para decidir el material más adecuado en cada caso.
Además, este proceso invita a reforzar la colaboración entre la odontología, la salud pública y la gestión medioambiental, consolidando la visión de una odontología más sostenible y responsable.
Una nueva etapa para la restauración dental
La decisión de la COP6 representa un hito histórico: reconoce los avances científicos en odontología restauradora, prioriza la salud del paciente y establece un marco temporal global que permite a los profesionales adaptarse sin poner en riesgo la calidad del tratamiento.
De cara a los próximos años, el reto será garantizar la equidad en el acceso a materiales alternativos, invertir en innovación y asegurar que la transición hacia una odontología sin mercurio se traduzca en mejor salud oral para todos.