Esta semana, la Sociedad Alemana de Medicina Dental, Oral y Ortodóncica (DGZMK) realizó en Berlín su primera ceremonia de memoria para reconocer oficialmente esa complicidad y rendir homenaje a las víctimas.
Los estudios documentan que más de 300 odontólogos estuvieron vinculados a la Waffen‑SS, con cerca de un centenar intervenidos directamente en campos de concentración, donde realizaban extracciones de oro dental en prisioneros muertos —y en algunos casos, vivos— para financiar la maquinaria bélica alemana.
El acto, realizado en la Universität Humboldt zu Berlin, contó con declaraciones de responsables del sector odontológico que subrayaron la necesidad de reconocer la “responsabilidad profesional” y aprender de esta historia silenciada. Además, se entregó por primera vez el Premio Hans Türkheim, destinado a investigaciones sobre la historia de la odontología en la era nazi.
El reconocimiento forma parte de un proceso más amplio de revisión histórica en la medicina alemana, que busca esclarecer el papel de los profesionales sanitarios en los crímenes del Tercer Reich. Para la comunidad científica, el estudio de estos hechos refuerza la importancia de la ética profesional en odontología y de mantener una práctica clínica basada en el respeto a la vida y la dignidad humana.