En España, la diabetes afecta a más de 5 millones de adultos y a cerca de 30.000 niños, situando al país como el segundo en la Unión Europea con mayor tasa de prevalencia, solo por detrás de Alemania. Se estima que el coste anual de esta patología asciende a unos 17.000 millones de euros, con un 37% de este gasto asociado a las complicaciones derivadas de la enfermedad.
La diabetes mellitus (DM) es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por un defecto en la secreción o acción de la insulina, o una combinación de ambas. Esta enfermedad, cada vez más común a nivel mundial, se espera que incremente su prevalencia en casi un 50% en los próximos años.
Uno de los aspectos clave en la gestión de la diabetes es la conexión con la salud bucodental. Diversos estudios científicos han demostrado la estrecha relación entre la diabetes y la enfermedad periodontal. Los pacientes diabéticos mal controlados tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar periodontitis que aquellos con diabetes bien controlada o personas no diabéticas. De hecho, los pacientes con diabetes mal controlada tienen un riesgo un 86% mayor de padecer esta enfermedad periodontal. Además, la presencia de periodontitis puede complicar aún más el control de la diabetes, lo que puede derivar en complicaciones graves.
El Dr. Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas y de la Fundación Española, enfatiza que “una boca sana en el paciente diabético contribuye a su calidad de vida y al control de su diabetes al prevenir posibles complicaciones sistémicas”.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, el Consejo General de Dentistas y la Fundación Española han lanzado un folleto educativo dirigido a pacientes diabéticos, con recomendaciones prácticas sobre cómo cuidar la salud bucodental:
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Cepillarse los dientes con pasta dentífrica fluorada al menos dos veces al día, durante 2 minutos, incluyendo encías y lengua.
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Utilizar seda dental o cepillos interdentales para limpiar entre los dientes, preferentemente por la noche.
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Cambiar el cepillo de dientes cada 3 meses o antes si las cerdas se deforman.
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Limpiar las prótesis removibles después de cada comida.
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Visitar periódicamente al dentista, especialmente en pacientes diabéticos.
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Mantener una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y pescado, y controlar el consumo de azúcares.
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Evitar fumar y consumir alcohol de manera moderada.
El Dr. Castro concluye: “Mantener la boca sana en el paciente diabético es una prioridad. Recordamos el importante papel del dentista en la prevención y control de las patologías bucodentales en pacientes diabéticos, lo que mejora su calidad de vida, ayuda en el control de la patología y previene complicaciones sistémicas.”