En un acto celebrado el 6 de noviembre y en el que han participado representantes de los logopedas, terapeutas ocupacionales, enfermeros, médicos y dentistas de Madrid, se ha puesto de relieve el peligro que tiene el hábito tabáquico y muy especialmente los nuevos productos como vapeadores y cigarrillos electrónicos, que están teniendo una gran aceptación entre los más jóvenes. La Dra. Ucha recordó el compromiso colectivo que tienen los sanitarios con la salud pública y el bienestar ciudadano: “El tabaquismo es una de las principales causas de muertes evitables y muerte prematura. El tabaco provoca más del 80% de los tumores de la cavidad oral, laringe y faringe. Los impuestos al tabaco reducen el consumo; pero según la Encuesta Nacional de Salud 2023, en España fuma todavía uno de cada seis ciudadanos mayores de 15 años, 2 de cada 10 hombres, y 2 de cada 15 mujeres”, explicó
Con el objetivo último de limitar el consumo de tabaco y nicotina (en todas sus formas) en las calles madrileñas en 2030, la campaña recoge las siguientes peticiones: subir el precio del tabaco; impulsar sanciones que refuercen la concienciación ciudadana y garanticen el cumplimiento normativo; tratar el tabaquismo y financiar su tratamiento; establecer un acceso muy limitado y controlado a dispositivos de vapeo; buscar la adhesión de la Comunidad de Madrid y de todos sus municipios; ampliación progresiva de zonas libres de humo, reforzando la educación en salud desde centros escolares, comunitarios y sanitarios; y cumplimiento de la legislación actual. Está campaña está activa desde ya en Change.org.
En la presentación de la campaña se ha hablado del gran impacto del tabaco en la salud de la población, pero también lo que suponen para las arcas públicas el tratamiento de las patologías que conlleva. Hay que aunque el consumo de cigarrillos ha disminuido en los últimos años, se están abriendo paso otras formas de consumo (vapeo, cigarrillos electrónicos) que generan un hábito que se mantiene en el tiempo. En este sentido, durante el acto se ofrecieron datos como que los jóvenes que consumen dispositivos de vapeo o cigarrillos electrónicos tienen entre 2 y 4 veces más posibilidades de adquirir el hábito de fumar tabaco. Tanto el representante de los enfermeros como el de los terapeutas ocupacionales hicieron hincapié en lo difícil que es cambiar un hábito que está asentado en la sociedad o en las familias; “y eso a pesar de contar con muy buenas oportunidades, como el hecho de tener enfermeras en los colegios de primaria de Madrid, que puede hacer una gran labor de concienciación”, indicó Pedro Soriano, enfermero y divulgador científico.
Todos los profesionales de la salud se mostraron a favor de subir los precios del tabaco y aquellos productos relacionados con este hábito y endurecer la normativa que regula su consumo, así como implantar medidas de control para hacerla efectiva. “Ya conocemos ciudades de otros países donde se está limitando el tabaco en las calles; los sanitarios madrileños queremos hacer presión para que Madrid sea pionera en España”, remarcó el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Dr. Manuel Martínez-Sellés.