Tal y como señaló en el programa de Gestión Pedro de Ahumada, CEO de Dental Data, “la IA está redefiniendo la productividad de las clínicas dentales, al pasar de medir solo el ticket medio (una visión centrada en la eficacia) a analizar flujos digitales completos de diagnóstico y tratamiento. Los nuevos recursos de inteligencia artificial ordenan los tiempos, identifican las fugas, optimizan agendas, unifican criterios y convierten cada minuto en una decisión precisa, permitiendo ‘ganar horas’, optimizar recursos y mejorar resultados sin aumentar precios”.
Esta nueva realidad viene marcada por una creciente tecnificación de la consulta dental. De hecho, “la Odontología está entrando en una nueva era: ya no se compite por tener más sillones, sino por tener sistemas más inteligentes”, asegura el CEO de Dental Data. La interconexión entre tecnologías, como Trios 6, Nexta Dental, Dental Monitoring y Dental Data, permitirá que haya clínicas capaces de medirlo todo, anticipar ineficiencias y ajustar cada flujo en tiempo real. “Pasamos de gestionar pacientes a orquestar información”, sentencia Pedro de Ahumada, que está convencido que “la clínica del futuro será la que convierta datos, tiempo y precisión en su mayor ventaja competitiva”. En cualquier caso, se advierte que la verdadera eficiencia clínica no llegará por añadir más funciones a un programa de gestión, sino por permitir que la inteligencia artificial opere sobre un entorno plenamente conectado. Tal y como lo explica este experto, “cuando los datos dejan de estar aislados y pueden fluir entre escáneres, apps diagnósticas, plataformas de seguimiento y motores analíticos como la IA, la clínica deja de reaccionar y empieza a anticiparse”. Por eso, añade Pedro de Ahumada, “en un ecosistema interconectado, la IA se transforma en un director de orquesta que coordina procesos clínicos y administrativos, reduciendo tiempos, aumentando la productividad y elevando la calidad asistencial”.
IA en la práctica clínica
Al margen de la gestión clínica, en el Congreso SEPA Barcelona también se mostró cómo la IA también está contribuyendo a mejorar, por ejemplo, la labor que realizan las higienistas, que incluso pueden utilizar esta nueva herramienta tecnológica para prevenir y controlar la enfermedad periodontal. “Muchos de nuestros pacientes confían en la higienista dental; sin estas profesionales, la IA es sólo una herramienta: ellas son las que tienen la capacidad de interpretar, explicar y acercar el diagnóstico, reforzando la importancia del mantenimiento y del tratamiento precoz”, afirma Mónica Bonfanti, doctora en Ciencias Odontológicas por la Universidad Complutense de Madrid, quien subraya que “la IA analiza, pero la higienista interpreta, comunica y motiva, y ese es el verdadero valor añadido”.
La IA está permitiendo una detección precoz de la enfermedad periodontal. “A nivel radiográfico, permite monitorizar a los pacientes viendo pérdidas óseas y controlar las zonas más críticas y, en el diagnóstico por imagen fotográfica, permite incluso la clasificación de las enfermedades periodontales, ayudando a determinar el mejor plan de tratamiento”, destaca la Dra. Bonfanti. En general, como resume, “es un recurso que permite diagnosticar al paciente una manera objetiva, evitando el sesgo por subjetividad del operador (muchas veces influenciado por la formación, experiencia o la fatiga de cada profesional)”.
La monitorización objetiva del paciente es algo fundamental, que determina el plan de tratamiento a seguir de todos los pacientes. “Esto, junto con la explicación visual, refuerza la decisión de los pacientes de cuidarse”, opina esta experta. En cualquier caso, se recalca que “la IA no es un método diagnóstico definitivo”. Todo está sujeto a validación por parte de un operador. “Se trata de una tecnología novedosa que puede ser de utilidad para dar apoyo a un profesional, pero nunca se ha de tomar como una fuente 100% fiable en todo lo que determine”. Aunque en ámbitos médicos ha llegado a tener una fiabilidad diagnóstica superior al 90%, “en Odontología todavía no estamos en ese punto”, concluye la Dra. Bonfanti.